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Traducido por José M. Hernández Lagunes
Corbin Carroll tuvo una fantástica temporada de novato. Fue séptimo en la Liga Nacional en WARP como bateador (4.5), empatado en el puesto 23 en DRC+ (116), segundo en bases robadas (54), sexto en carreras anotadas (116) y empatado en el puesto 25 en cuadrangulares (25). Los componentes de su línea de bateo de .285/.362/.506 ocuparon los puestos 11º, 14º y 11º, respectivamente, entre los clasificados de la Liga Nacional. Por si fuera poco, lideró a los jardineros de la liga en fildeo (10.6 DRP) y fue tercero en carrera de bases (2.5 DRB).
Este año es otra historia. A medida que la temporada se acerca a sus últimos días, está bateando sólo .231/.320/.426 con 21 cuadrangulares y 32 bases robadas. Ha añadido sólo 0.6 carreras a la defensa, y corriendo las bases, aunque sigue siendo bueno (1.9 DRB), no está al nivel del año pasado. Su bajón de segundo año ha sido generalizado.
Sin embargo, las cifras generales ocultan la dicotomía de su temporada. Hasta el 11 de julio, estaba bateando .209/.296/.317 con sólo tres palos de vuelta entera. En los 60 partidos que ha jugado desde entonces, ha bateado .264/.355/.589 con 18 cuadrangulares. No por casualidad, los Diamondbacks, con marca de 47-47 en el punto más bajo de Carroll el 11 de julio, van con 40-24 desde entonces, el segundo mejor récord de las Mayores (un partido por detrás de los Padres). Probablemente ha sido la principal razón por la que Arizona se ha lanzado a la carrera por el comodín (aunque Eugenio Suárez y, cuando está sano, Ketel Marte, sin duda han ayudado, al igual que Joc Pederson, Randal Grichuk y Pavin Smith en papeles más pequeños).¿Qué debemos pensar de su cambio? ¿Son inusuales los cambios tan drásticos como el suyo, o hemos visto esto antes?
El problema al tratar de responder a estas preguntas es definir dónde trazar la línea divisoria. Elegí la fecha del 11 de julio porque su OPS aumentó de forma constante después de esa fecha. (Se fue de 4-1 con una caminata y dos bases robadas el 12 de julio, 4-2 con dos cuadrangulares y un fly de sacrificio el 13 de julio). Comparar su rendimiento con el de otros jugadores antes y después del 11 de julio sería intelectualmente deshonesto (por no decir, como explicaré, difícil).
El béisbol nos proporciona una regla general al dividir la temporada en “mitades”, antes y después de la pausa del Juego de Estrellas. Utilizo comillas porque la pausa es siempre después del punto de 81 partidos de la temporada, y cambia cada año. En 2022, el Juego de Estrellas tuvo lugar después de que los equipos hubieran jugado, de media, 92 partidos. En 2023, fueron 90. Este año, fue después de 97 partidos. Es un objetivo en movimiento.
Pero la pausa del All-Star, y las “mitades” resultantes, ofrecen una gran ventaja: puedo usar el buscador de divisiones de bateo de Stathead para identificar el rendimiento de los jugadores en distintas partes de la temporada, por desiguales que sean. Comparé el diferencial de OPS de Carroll en la primera y segunda mitad (287 puntos; .635 frente a .922 hasta el 24 de septiembre) con el de otros jugadores.
Limité mi muestra. Sólo tuve en cuenta a los jugadores que se habían clasificado para el título de bateo, es decir, que habían visto al menos 502 apariciones al plato durante toda la temporada. También consideré sólo a los jugadores con al menos 200 apariciones al plato en ambas mitades. (Voy a prescindir de las comillas; insértalas mentalmente si quieres). Y sólo consideré temporadas en la era de los 30 equipos. No estoy buscando el mejor rebote de la segunda mitad de la historia. Sólo quería ver si la temporada de Carroll destaca.
Resulta que no es el mejor rebote, ni siquiera cerca. Aquí están los bateadores que han mejorado su OPS en 300 puntos o más–13 más que Carroll–de la primera mitad a la segunda.